Pepi, de la tienda Tesoritos en Marbella, me encargó una tarta para una amiga que es masajista. Me dió detalles sobre cómo era su amiga, pero resaltó que era importante que en la camilla de masaje que apareciera en la tarta, tenía que haber un chico.
Lo primero que se me vino a la cabeza fué hacer una tarta con una camilla encima y su masajista.
Pero la tarta debía ser pequeñita, así que me pareció mejor que la camilla fuera la propia tarta. Hice un bizcocho de yogur, con buttercream de vainilla y un ligero toque a fresa.